Introducción
Hace casi cuatro décadas, un grupo de radicales como nosotros, planteaba un análisis hacia el resto del partido y de cara a otras organizaciones y la sociedad toda generando un manifiesto donde expusieron su visión de la realidad y su perspectiva histórica de la Argentina. Enmarcaban ese análisis con un profundo acento ideológico, que respondía al debate de su época; fruto de ese análisis construyeron una organización y un proyecto político que sobrevivió hasta los años ochenta.
Sin profundizar quien fue fiel al posicionamiento político que en sus ejes tomamos como propio, sin analizar sus claudicaciones ni justificar sus errores basándonos en la coyuntura, sin realizar una autocrítica que le pertenece a esa generación y a esos militantes, queremos reivindicar ciertos ejes que aun perduran fruto de la lucidez de ese análisis; y hacerlos propios brindando un punto de vista propio de nuestra organización.
A.1) Vigencia de la Contradicción y una pequeña perspectiva histórica
Ocurrieron hechos históricos mundiales como el Mayo Francés, el fin de la Guerra de Vietnam, tocaron fin los procesos ocupacionales del colonialismo, entro al mundo civil un inusitado canal de información que forma, concentra y desarrolla la opinión, se destruyeron en el mundo las pequeñas burguesías nacionales desde el poder económico Central, se desguasaron las empresas nacionales, se cayo el Muro de Berlín, y fueron derrotados por las armas o por una combinación de procesos electorales y contrainteligencia intentos revolucionarios como en el Salvador o el Sandinismo. Se pasó de la vía pacifica socialista a un sangriento proceso dictatorial en Chile, se masacro a cientos de miles de militantes populares a nivel mundial y se asesino a millones de inocentes en ese tramo de la historia; se fabricaron guerras civiles en África y se redujo a cenizas a lideres del tercer mundo.
Desde los países centrales en silencio y con activa participación se avalaron las violaciones a los derechos humanos, primero con la tortura y luego con el asesinato para luego de la destrucción de la economía cuando ya no les eran útiles abandonarlos y descaradamente denunciar esas violaciones que fueron parte de la instrumentación del plan de destrucción de los aparatos productivos regionales, se alentaron conflictos raciales y religiosos medioevales, ya superados por la humanidad dando lugar a las guerras de bajas intensidades también denominadas de “pobres contra pobres”.
En este proceso pueblos enteros pasaron a la marginalidad absoluta, y a través de los procesos financieros transnacionales se concentró la riqueza en límites nunca antes vistos, generando la profundización de crisis cíclicas propias de un capitalismo virtual que no tiene en más de un 20% mundial, su correlato de producción física real. Esta verdadera burbuja financiera fue conformada no solo por las grandes corporaciones, sino también por pequeños montos de millones de pequeños ahorristas que entre los años ´80 y los ´90 conformaron consorcios compradores de bonos de deuda de países de la periferia, enfrentando en situaciones de default, también a “pueblo contra pueblo” a nivel global.
La vulnerabilidad de las naciones bajo esa concentración económica es pasmosa; en ella radica el peligro que corren nuestras libertades y nuestros derechos humanos.
En este breve repaso, sin adentrarnos en el impacto que produjo ante esta situación dada la revolución tecnológica, se ha demostrado que mientras decían que la historia había llegado a su fin y se venia el “postideologismo”, siguen vigentes claramente las contradicciones principales que expresan en fin la Causa contra el Régimen:
Norte ≠ Sur
Pueblo ≠ Antipueblo
A.2) Nuestra Nación y Latinoamérica hoy
Luego del proceso de destrucción de nuestro incipiente aparato productivo industrial y del similar proceso dado por el neoliberalismo en toda Latinoamérica, el imperialismo tal como lo conocimos mutó y se transformó en Imperio, luego de su triunfo político-económico-jurídico a partir del endeudamiento, la apropiación de empresas estatales a través de las privatizaciones y de la apropiación de tierras y economías locales y sus recursos naturales.
Doblegadas en los noventa las naciones del cono sur con sus iconos y con quienes titubean, lentamente van encontrando pared en su retroceso.
Sectores nacionalistas y antiimperialistas plantan bandera, y los gobiernos ya sea algunos por convencimiento o porque la realidad de sus pueblos los acorrala, empiezan a decir no a los atropellos de los organismos multilaterales de crédito.
Debemos aprovechar esta coyuntura, hacer propicio el momento político marcando desde el seno del pueblo las contradicciones con los sectores dominantes, teniendo cuidado de no caer en vanguardismos setentistas, ni en la lucha por el poder en si mismo; internacionalizar nuestro accionar político desde el fortalecimiento de la soberanía política y económica nacional fortaleciendo y cohesionando al Campo Popular.
B.1) Nuestro Origen
Es increíble la victoria histórica del Antiirigoyenismo y como ésta desdibujó la naturaleza revolucionaria del radicalismo, cómo se lavo la historia y cómo se copto la tradición militante iniciatica de la UCR.
¿Cómo creemos que caratulaba el pasquín oligárquico “LA PRENSA” a los radicales que emprendieron la Revolución del Parque en 1890?
Esos “locos de verano” decían de los radicales revolucionarios de febrero de 1905.
Durante más de cincuenta años el radicalismo y sus líderes empuñaron fusiles en todo intento de transformación de las instituciones para que la oligarquía tuviera un freno a sus imposiciones tiránicas en lo económico y lo político desde la configuración del antipueblo como actor principal del sistema representativo.
Arturo Illia es un fiel reflejo del intento de desdibujar todo lo que mejor representa a la UCR pintado como lánguido, líder de perfil bajo que no “generó problemas”, el “gobernante honesto”, que no tenía decisión política, había sido sin embargo líder del radicalismo cordobés, en él último levantamiento radical de 1933.
Así con esa descripción se ha pretendido borrar nuestro pasado, origen y legitimidad popular.
Hitos como la defensa del patrimonio nacional, el enfrentamiento con las multinacionales, la posición antiimperialista ( R. Dominicana y el bombardeo a Santo Domingo, Discurso en C Blanca de Alfonsín con respecto a Nicaragua, comercio con Cuba en el periodo 1983-1989), generan orgullo militante.
Ahora a quien sirve ese lavado del destino histórico radical?
A una cúpula de derecha, casi tildable de traidora con nuestros principios, la misma que desde la derrota del Irigoyenismo y la partida de la FORJA, ha participado de diversas proscripciones, dictaduras, formó parte del aparato financiero que culmino con la investidura a ministro de Cavallo, fiel representante de los sectores concentradores que dieron fin a través del proceso de hiperinflación al gobierno de Alfonsín, y a través de la connivencia al gobierno de Fernando De la Rua.
Pretendemos de acuerdo con la particularidad de nuestra época y con las herramientas de nuestro tiempo ser los herederos del Irigoyenismo, la FORJA, y seguir el camino inconcluso de la JCN. Lograr el máximo nivel de socialismo en Democracia.
B.2) Nuestro Partido Hoy
Esa cúpula que coptó al partido durante casi mas de medio siglo y que luego de la década del ´90 lo recuperó de la mano de De la Rua, ha roto los lazos con la sociedad a partir de su política de acuerdo y funcionalidad con el modelo neoliberal y sus distintas encarnaciones. Su afincamiento en la superestructura partidaria impide el rearme político y divorcia a la UCR de la causa del Pueblo y de su representación.
Refuerza esto la alianza del Radicalismo de la Provincia de Bs. As con Eduardo Duhalde y conspira toda esta trama contra la credibilidad social distanciando además a los militantes de los ámbitos orgánicos.
Hay que enfrentarlos ahora mismo, antes que el poder financiero del antipueblo los resucite, pues los va a necesitar aunque más no sea como formadores de opinión.
No existe posibilidad de relación pacifica con quien nos empobrece.
B.3) La Coordinadora 26 de Julio, presente y futuro
Fortaleciendo nuestro trabajo y nuestra discusión y formación política, lograremos una verdadera organización.
Nuestro trabajo organizado en frentes de masa debe tener claridades conceptuales en sus fines, el Frente Social es un frente importante donde sumar, pero más allá de eso, es el que da vigencia a los motivos más nobles de nuestra militancia, también es el lugar que nos da motivos de mancomunión con otras organizaciones nacionales y populares, el frente estudiantil debe proveernos de los cuadros intelectuales orgánicos que necesitamos para sentar posición respecto de temas puntuales del Estado, los ámbitos barriales sirven para profundizar nuestra inserción en todas las capas sociales y el gremial debe verificar inexorablemente nuestra posición de defensa de los trabajadores y justa distribución de la riqueza.
Para ello debemos ser disciplinados y cumplir a rajatabla el modelo de Centralismo Democrático que se configura como eje de nuestro funcionamiento.
C.1) Campo popular: Nuestra Ligazón - Nuestra Pertenencia - Nuestra Indelegable Obligación
Desde hace más de cuarenta años cuando la conspiración de los sectores antidemocráticos del antipueblo dio por finalizado el gobierno dictatorial de Ongania, se demostró que el gradualismo y la concordancia son imposibles pues la derecha no acata las reglas de juego.
Han fluctuado victorias importantes como la renuncia de Lanusse, las recuperaciones democráticas sucesivas y su posterior estabilización, el juicio a las juntas, con derrotas como el fin del imaginario camporista, la dictadura militar de los setenta, el punto final, la obediencia debida y el posterior indulto, el menemismo y su daño a todos los valores éticos y materiales de la Nación, y la libanizacion de la representación política, producto de la claudicación ante los sectores de poder que precipito el fin de la Alianza.
¿Qué papel y responsabilidad tiene el radicalismo en todo esto? El mismo que tiene el Peronismo.
La dualidad de sus orígenes y raíces populares, con la complicidad de sus conducciones hacia el poder económico y su innegable connivencia con el empobrecimiento de nuestro pueblo. Contrastando con la probada solidaridad militante de sus bases y cuadros medios.
¿Qué Hacer? Retomar el rol y el compromiso histórico, fortaleciendo el espacio político con el resto de las organizaciones nacionales y populares.
La historia seguro, con sus vaivenes y desaciertos de todos, nos ha divido. Pero también la historia debe unirnos para lograr el Bloque Histórico Social.
C.2) El Campo Popular y su futuro: Necesidad del Frente Político y Social
Si superamos las contradicciones secundarias que anidan en el campo popular todo es posible.
Encontrar lazos comunes como la defensa del patrimonio nacional, la justa distribución de la riqueza, y la participación popular en la edificación de una economía alternativa como eje de contra-poder, regenerando los lazos solidarios y la cultura del trabajo a través del cooperativismo y mutualismo, la participación democrática en la toma de decisiones, y la fortaleza en el imaginario colectivo de que otra Argentina es posible.
Debemos dejar de discutir si el adentro o el afuera del Partido, debemos dejar de lado la mirada de la interna, para mirar los lazos que nos unen con otras organizaciones del Campo Popular, ya sean grandes o pequeñas. El adentro y el afuera son falsos pues ni la interna ni la boleta determinan el enemigo sino los intereses que este representa. El enemigo es tan fuerte que una organización partidaria sola no tiene posibilidades de vencer dada la situación de conflicto abierto.
Por las particularidades de nuestra historia debemos tener vocación frentista, pues nadie puede ni debe resignar lo mejor de su pertenencia, pero de seguir con los acuerdos de cúpula nos haremos cargo de las sucesivas traiciones al pueblo que de ella provengan. Hay que juntar a los que luchan por la misma causa, cualquiera fuere su organización pues ya no hay dudas que la derecha si lo hace.
Este camino no tiene un instante mágico, no tiene fecha precisa, se labra minuto a minuto, y para transmitirlo es necesario divorciarse de quienes han hundido a la Nación.
Poder para el Pueblo no es una consigna vacía para nosotros los radicales, sino es lo que nos hizo estar presente en los libros de historia nacional. La Republica Española, el Chile de Allende y otros innumerables casos fracasaron por sus contradicciones internas, que los debilitaron ante la reacción y el imperialismo.
D) Conclusión
No hay que titubear. El proceso de unidad nacional debe ser popular, debe construirse desde abajo.
Desde el barrio, los suburbios, el pueblo, las facultades, la villa o el campo hay que armar el poder popular sabiendo cuales son las verdaderas contradicciones que determinan al enemigo.
La C. 26 de julio ha elegido el camino de enfrentar a quienes generan la pobreza, la marginación, la falta de futuro y las injusticias cotidianas, para construir con, nuestro pueblo, siendo protagonistas del armado del Bloque Histórico Social que concluya con la Liberación Nacional.