El modelo económico, que defiende el gobierno, se basa fundamentalmente en aprovechar la combinación de la devaluación de nuestra moneda y un contexto internacional favorable, donde la devaluación del dólar y la escasez de alimentos, hizo subir a precios, nunca vistos, los commodities.
Esta fue la combinación que permitió la recuperación económica en nuestro país. Desde el gobierno de Duhalde, se puso piloto automático al crecimiento, hoy dicen que es gracias a ellos que el país crece.
El aumento de la recaudación supera todos los records pero también crece el gasto público al punto que el crecimiento del mismo, entre el 2006 y el 2007, fue de alrededor del 50%. Por otra parte nunca fue tan desproporcionada la relación entre el Gobierno Nacional y las provincias.
Durante el gobierno de Alfonsín se llego a coparticipar más de la mitad de la recaudación, observando que era un Estado Nacional que conservaba Aerolíneas, ENTEL, trenes, SEGBA, etc. y no se habían transferido las escuelas a las provincias. Hoy el gobierno de Cristina Fernández no tiene ninguna empresa pública (que exista) y no mantiene ninguna escuela u hospital y solo transfiere a las provincias y municipios algo más del 30% de lo que recauda.
Queda pendiente la sanción de una Ley de Coparticipación Federal como lo exige nuestra Constitución Nacional para evitar el sometimiento del gobierno nacional hacia gobernadores e intendentes.Bajo este contexto el gobierno argumenta que el aumento de las retenciones al campo sirve para que no haya inflación tal como lo demuestran las cifras del INDEC.
La suba de retenciones no paró la inflación además provocó desabastecimiento de los productos de la canasta básica disparando los precios en un círculo vicioso de aumentos permanentes.
La intolerancia del gobierno, hacia las críticas y los reclamos, desencadenó en actitudes violentas de grupos oficialistas de choque contra los manifestantes tanto en las rutas, Moyano, como ayer en la Ciudad de Buenos Aires, D´Elia y Persico.
El gobierno nos quiere hacer creer que todos los productores son oligarcas y que los manifestantes golpistas. La inflación que sufren los trabajadores, la falta de obras de infraestructura, la valija de Antonini, el sobre de Miceli, Skanska, el capitalismo de amigos (YPF, el Casino, etc.) hartaron a la gente que ve como todos los meses aumenta la recaudación y baja el poder adquisitivo.
Estamos convencidos que hay que convocar a todos los sectores políticos, económicos y sociales a discutir como crecemos sin desigualdad. Nuestro país dejo atrás la cultura política de la violencia como método para resolver los conflictos y opto por vivir en democracia y resolverlos a través del dialogo y el consenso.
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